Tomado de elcolombiano.com
No era un salón silencioso, como el del científico tradicional de las cartillas y los libros, pero a Angie Jaramillo (14 años y apariencia de 18) el bullicio de sus compañeros no le preocupó para nada: su meta la tenía clara y el reto, como se los puso el guía, era empujar las burbujas de jabón hacia un aro en el menor tiempo. Quien lo hiciera se ganaba el mejor puntaje. Y ella lo ganó sobrada, determinó Alexánder Parra, el guía.
“Me pareció muy creativo y no sé si difícil, se me hizo fácil”, dijo Angie, sonriente, plena, con sus 1.68 de estatura y rodeada de chicos de su misma edad que la felicitaban exaltados por haber ganado.
Angie tardó 2,4 segundos, cuando la mayoría de sus competidores demoraron más de 4 en hacer pasar la pompita de jabón por el aro, en la competencia Sopla Burbuja, una de las pruebas a que fueron sometidos los 2.000 jóvenes que ayer se concentraron en el Parque Explora a demostrar sus habilidades para resolver situaciones complicadas.
Lo anterior en el marco del Programa Horizontes, una estrategia de la Corporación Ruta N encaminada a sembrar la semilla del emprendimiento, la ciencia y la investigación en los niños y adolescentes.
Ayer era la fase final en el Parque Explora, con pruebas similares a las que se les hacen a las personas comunes y corrientes que visitan cada día este lugar, algo que suena curioso, pues para llegar hasta este escenario los chicos pasaron, durante el año, varias etapas del proceso en las que superaron pruebas de entendimiento y solución de problemas. Incluso, llegaron clasificados: los Dorados, los Plateados y los de Bronce.
“Los Dorados son aquellos que a lo largo del año fueron superando las etapas y las pruebas y sacaron los mejores puntajes”, explicó Ángela Jaramillo, gerente de Cultura de la Innovación de la Corporación Ruta N y quien fue la encargada de dar la largada para la competencia final.
Se necesitan científicos
Cuando el Jardín Botánico cambia el verde por el blanco, es porque algo raro pasa. Y así se observó ayer: por primera vez, las flores y los árboles, altos y frondosos, se vieron menos encantadores que los 2.000 niños y adolescentes, de ambos sexos, que vestidos con batas blancas encima de sus uniformes escolares caminaban por los senderos del escenario natural.
“En el país hay falta de ingenieros y de científicos y en el futuro se van a necesitar muchos talentos en la búsqueda de ciudades más emprendedoras y competitivas”, expresó Ángela Jaramillo, que sentía la emoción de ver concentrados a los mismos chicos que en el año hicieron el esfuerzo de meterse en el mundo de la ciencia, la robótica y la nanotecnología como una forma de introducirlos al ambiente de una ciudad ya inmersa en el llamado ecosistema del emprendimiento.
Tres años de Horizontes
En tres años que lleva en marcha el programa Horizontes ya son más de 7.000 estudiantes de 152 instituciones educativas oficiales las que se han beneficiado del programa.
Este funciona en espacios de dos horas en horarios fuera de la jornada estudiantil, y la señora Jaramillo no las llama clases sino Encuentros.
Los protagonistas son los alumnos, sus maestros y voluntarios de universidades y empresas que buscan ponerles retos para que ellos les den soluciones a problemas reales.
“A mí me pusieron a valorizar energéticamente los residuos sólidos que generan los humanos a través del biogás, es un desafío que estamos solucionando en grupo, pero cada uno investiga por su lado y luego nos juntamos a compartir lo que sabemos”, relata Ángela Cuéllar, de 12 años y estudiante de grado séptimo de la Institución Educativa San Juan Bosco, de Campo Valdés.
Ella, de 1,40 de estatura, sueña con ser una profesional de alguna rama de la ciencia de las invenciones, aunque no sabe bien por qué ruta se orientará. Tampoco lo sabe Natalia Londoño, su compañera y quien siente que este programa, además de servirle para orientarse en un camino profesional, da lecciones para la vida: “Uno conoce gente, socializa, aprende a discutir y trabajar en grupo”, afirma.
Los participantes en Horizontes son muchachos de los barrios más populares de Medellín: Castilla, Manrique, robledo, San Antonio de Prado, El Popular, La Milagrosa.
Es una forma de arrebatarles jóvenes al conflicto y de alguna manera atraerlos al empresarismo, a enseñarles que el camino del futuro es el emprendimiento.
Y fue este aspecto el que más emocionó a Jeff Livingston, líder de Educación en Nueva York, un afrodescendiente de más de 1,80 y también con bata blanca, que caminó al lado de los estudiantes y se dejó encantar por lo que estos chicos de una ciudad del “tercer mundo” le pudieron enseñar.
Ejemplo para llevar a N. York
“Soy ejecutivo de empresas de educación de Estados Unidos y vine a compartir este encuentro. Estoy en una aventura viajando por todo el mundo, buscando las cosas más innovadoras en educación y por eso estoy acá”, dijo el norteamericano.
Subrayó que ha asistido a eventos como este en otras ciudades, incluida Nueva York, “pero allá lo que más sobresale es que los protagonistas son los muchachos hijos de los más ricos; acá, por lo que he visto y he hablado con ellos, son muchachos de los grupos más pobres y esto es lo de más destacar”, señaló.
De una vez, Livingston montó fotos y textos en los que señalaba que, “si en Medellín lo hacen, ¿por qué no en Nueva York, que es la ciudad más grande del mundo?”.
Premios a los mejores
Pero a los jóvenes les gustan los estímulos.
Y ayer había premios. Los ganadores, que saldrían del grupo de los Dorados, se ganaban un viaje a un campamento internacional de emprendimiento. Los segundos, a un campamento nacional que podría ser el año próximo en Medellín. Y los terceros se beneficiaban con premios en gadgets y entradas a cine, entre otros.
Ellos van superando mundos cada año. En el primer año se les introduce en el tema del poder del conocimiento, la indagación, el pensamiento crítico. En el segundo se avanza en el poder de la transformación, se les trabaja para adquieran bases para llevar a la práctica el conocimiento y que esto se refleje en la solución de problemas reales. Y en el tercer año se trabaja el poder de la creación, el desarrollo de proyectos nuevos y de nuevas ideas.
“Cada año enfrentan desafíos que les dan pautas de conocimiento y presentan un proyecto final en robótica y nanotecnología; a algunos de los chicos los llevamos a los laboratorios de tecnoeducación del Sena”, explicó la vocera de Ruta N.
En la cita de ayer estuvieron representados estudiantes de 108 instituciones educativas. El año 2016 Ruta N piensa extender el programa a los colegios privados, lo que elevará el nivel de competitividad de las distintas pruebas.
Viendo el Jardín Botánico invadido de esta muchachada, que luego se desplazó a Explora a las pruebas, el alcalde, Aníbal Gaviria, se animó a felicitarlos. Les dijo que siguieran por la senda del emprendimiento y a no desistir del estudio como el camino para superar las barreras de la pobreza: “La educación es la herramienta para construir equidad, es la herramienta para que ustedes puedan construir sus sueños, sus proyectos de vida”, recalcó y recordé que en la jornada complementaria, en el marco de la cual se desarrolla el programa, ya hay más de 84 mil niños y jóvenes de Medellín.
Juan Camilo Quintero, director de Ruta N, destacó que estas actividades contribuyen al fortalecimiento de la cadena de innovación en la ciudad.
“Ustedes son los que van a cambiar las lógicas de sus barrios, ustedes van a cambiar a Medellín, serán los próximos investigadores y científicos de la ciudad”, pronosticó.
