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Mejor Emprender Liviano

Mejor Emprender Liviano Por: Andrés Felipe Ordóñez En las Cámaras de Comercio  de las diferentes ciudades de Colombia se registran 34 nuevas empresas  cada hora. Sin duda, estamos  en un país de emprendedores. Las Pymes aportan el 30% del empleo  y el 39% del PIB en nuestro país. Sin embargo, a la vuelta de 5 años, más de un 80% de esas nuevas empresas habrán fracasado. ¿Es en  verdad  tan  difícil  tener  éxito  con  un emprendimiento? Sin duda el camino no es fácil, pero también es cierto que hay algunos errores en los que los nuevos empresarios incurren con frecuencia. En palabras de Antoine de Saint-Exupery, “La perfección  no se alcanza cuando  no hay nada más que añadir, sino cuando  no hay nada más que quitar.” En esa misma línea de pensamiento, un negocio debería ser diseñado de la manera más simple, no sólo en términos  de su modelo  estratégico, sino en cuanto a su estructura de operación. ¿Qué principios debería tener siempre presentes un emprendedor? El primero  de ellos: empezar liviano y mantenerse así. Con frecuencia  vemos  que  al iniciar  una operación, algunos nuevos emprendedores deciden armar toda una estructura para que a su negocio “no le falte nada”. Muebles nuevos, una moderna oficina,  computadora de última generación, equipo de apoyo robusto, etc. Pero… ¡si el negocio aún  no ha facturado ni un peso! Una manera de mantenerse  liviano es haciendo variables  todos  los  costos:  no  incurriendo   en gastos fijos de ninguna clase, como por  ejemplo en  renta de oficinas o  en  el  pago de personal. Hoy  existen   muchas   opciones      interesantes para minimizar la carga fija. Si trabajar en  casa todo el tiempo no es posible, bien sea por las condiciones  físicas o porque  el modelo  de  negocio  requiere  reunirse  con clientes o prospectos, una buena idea son las oficinas temporales, en  las que se paga sólo  por el tiempo  de uso y donde  se puede  acceder  a servicios de comunicación y de soporte logístico por demanda. Es   importante  también  identificar el   tipo   de apoyo que permita usar el tiempo  de la manera más productiva, buscando entornos donde se puedan encontrar múltiples soluciones en  el mismo   lugar.      En  el   Centro   Delta   hemos integrado los  servicios de oficinas virtuales y temporales, con recursos para maximizar la productividad de nuestros  usuarios, como  una red  de proveedores certificados para suplir  sus diferentes   necesidades   o  el  acceso  a consultores  en áreas críticas de negocio.   Andrés Felipe Ordóñez  Gestor del proyecto  Delta al interior de Vásquez Kennedy.

Por: Andrés Felipe Ordóñez

En las Cámaras de Comercio  de las diferentes ciudades de Colombia se registran 34 nuevas empresas  cada hora. Sin duda, estamos  en un país de emprendedores.

Las Pymes aportan el 30% del empleo  y el 39% del PIB en nuestro país. Sin embargo, a la vuelta de 5 años, más de un 80% de esas nuevas empresas habrán fracasado.

¿Es en  verdad  tan  difícil  tener  éxito  con  un emprendimiento? Sin duda el camino no es fácil, pero también es cierto que hay algunos errores en los que los nuevos empresarios incurren con frecuencia.

En palabras de Antoine de Saint-Exupery, “La perfección  no se alcanza cuando  no hay nada más que añadir, sino cuando  no hay nada más que quitar.”

En esa misma línea de pensamiento, un negocio debería ser diseñado de la manera más simple, no sólo en términos  de su modelo  estratégico, sino en cuanto a su estructura de operación.

¿Qué principios debería tener siempre presentes un emprendedor? El primero  de ellos: empezar liviano y mantenerse así.

Con frecuencia  vemos  que  al iniciar  una operación, algunos nuevos emprendedores deciden armar toda una estructura para que a su negocio “no le falte nada”. Muebles nuevos, una moderna oficina,  computadora de última generación, equipo de apoyo robusto, etc. Pero… ¡si el negocio aún  no ha facturado ni un peso!

Una manera de mantenerse  liviano es haciendo variables  todos  los  costos:  no  incurriendo   en gastos fijos de ninguna clase, como por  ejemplo en  renta de oficinas o  en  el  pago de personal. Hoy  existen   muchas   opciones      interesantes para minimizar la carga fija.

Si trabajar en  casa todo el tiempo no es posible, bien sea por las condiciones  físicas o porque  el modelo  de  negocio  requiere  reunirse  con clientes o prospectos, una buena idea son las oficinas temporales, en  las que se paga sólo  por el tiempo  de uso y donde  se puede  acceder  a servicios de comunicación y de soporte logístico por demanda.

Es   importante  también  identificar el   tipo   de apoyo que permita usar el tiempo  de la manera más productiva, buscando entornos donde se puedan encontrar múltiples soluciones en  el mismo   lugar.      En  el   Centro   Delta   hemos integrado los  servicios de oficinas virtuales y temporales, con recursos para maximizar la productividad de nuestros  usuarios, como  una red  de proveedores certificados para suplir  sus diferentes   necesidades   o  el  acceso  a consultores  en áreas críticas de negocio.

Andrés Felipe Ordóñez

Gestor del proyecto  Delta al interior de Vásquez Kennedy.

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