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Hay que motivar a los emprendedores sociales para que logren desarrollarse

premio MTV Millennial Awards

Que el motor de la transformación social de nuestro país debe ser la intención de mejorar la calidad de la educación, es la premisa con la que aquellos jóvenes que no le temen a ponerle la cara al futuro, luchan por el cambio. Así lo hace Juan David Aristizábal, el pereirano de 24 años ganador del premio MTV Millennial Awards, en la categoría Piensa en Grande, quien afirma que “tenemos que motivar a los emprendedores sociales para que logren desarrollarse”.

Días antes de conocer la decisión que hoy lo ubica como referente ejemplar en los principales portales de noticias latinoamericanos, Juan David compartió con hey! su visión del emprendimiento social, de su poder y sus características.

Sin titubear y con un entusiasmo envidiable, Aristizábal citó la frase de la antropóloga cultural estadounidense Margaret Mead, que siempre tiene presente a la hora de referirse al emprendimiento: “nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos comprometidos y pensantes puede cambiar el mundo. De hecho, son los únicos que lo han logrado”, pues es con ella con la que ilustra la realidad que configuran, los que deciden dar la batalla por sus ideas.

Si eres de los que no vislumbran al emprendimiento como una alternativa social para generar progreso, proyectos como Buena Nota te dejarán lleno de energías para intentar cambiar tu entorno, pues apoyar a las nuevas propuestas es una de las tareas que cumple esta organización sin ánimo de lucro, creada hace siete años por Juan David y Juan Manuel Restrepo.

“Buena Nota nació con la intención de encontrar líderes sociales, personas que estuvieran haciendo proyectos en sus comunidades, para apoyarlos buscándoles donantes, mentores y voluntarios. Un resumen de lo que hacemos es, por ejemplo, apoyar a los que tienen ideas como la de mejorar la educación rural, entonces contactamos a expertos y les brindamos asesoría”, explicó.

Para hablar de cómo hacer que la gente sueñe con lo que no tiene, de cómo hacer que piensen en conseguir cosas mejores, Juan David destaca una reflexión del sudafricano Nelson Mandela, en la que señala que esto se logra mostrando las historias, usando lo que otros ya han hecho para inspirar a los demás. “En una generación como la nuestra, que ha visto tanta violencia, tantos años de guerra, tantas historias de los mismos con las mismas, lo que necesitamos son hechos que demuestren que es tan difícil, como posible generar transformaciones sociales”.

La apuesta de este equipo es clara, la de resolver los problemas de una manera eficiente y sostenible con las comunidades, dado que parten del hecho de que la educación está para servirle a la humanidad. “Los corruptos de esta país son gente muy educada, por eso lo que tenemos que hacer es usar la educación para transformar, a eso lo hemos llamado ‘llenar espacios’, ir a lugares a los que ni el Estado, ni el sector privado han ido”.

Mientras que técnicamente se le conoce como emprendimiento social a toda actividad que guarde relación entre los pueblos y su desarrollo, es importante aclarar que conceptos como el de los negocios inclusivos, es decir, los que generan empleo o propician la participación de los sectores más pobres, hacen parte de esta modalidad.

“Me buscaron a través del Banco Interamericano de Desarrollo, me pidieron información y MTV hizo la selección de los proyectos de emprendimiento social”, sostiene el cofundador de la iniciativa que con más de 70 mil horas de voluntariado calificado y más de 10 mil personas beneficiadas, espera poder multiplicar su impacto positivo.

“Conectamos lo mejor que tiene la persona, su talento y habilidad.
Buscamos especialistas que le entreguen una o dos horas de su tiempo, a la semana, a un emprendedor social. En un país con la inequidad que tiene Colombia, lo que queremos es romper esa condición. Transferir conocimiento y ponerlo al servicio de todos”.

Sobre las preocupaciones de los emprendedores, que para muchos apuntan hacia la falta de dinero, la competencia, el desempleo o la inseguridad, Aristizábal aclara que el principal problema se resume en la palabra confianza. “A veces por la edad, el género o la región de procedencia, hay mucha desconfianza. Cuando uno logra romper la barrera de la desconfianza vienen muchos apoyos, y creo que es así como el Banco Interamericano de Desarrollo, Ashoka y otras instituciones han creído en nosotros, porque hemos construido confianza”, concluye.

La clave: trabajo en equipo.

“Hay que encontrar amigos que tengan los mismos sueños, porque nos merecemos tener un país distinto, pero no lo vamos a lograr si no nos organizamos como ciudadanos y si no entendemos que vamos a tener fracasos pero debemos seguir adelante”.

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